Ayer vino una chica a nuestro showroom acompañada de su madre. Mientras ella se probaba los vestidos, su madre, muy callada, la miraba como quien examina cuadro; observaba y al final le decía: “pruébate otro”.
No os vamos a negar que su actitud seria y casi censora nos tenía un poco nerviosas.
La chica se probó 3 vestidos, y solo con el último, la madre se transformó. Su mirada se dulcificó y aunque permaneció en silencio por más tiempo, al ver a su hija con el vestido Tulipán Coral de Nihil Obstrat para LA MAS MONA, sonrió y dijo: “ahora sí pareces tú”.
La chica no paraba de mirarse en el espejo, daba media vuelta hacia un lado y media hacia otro y mientras se miraba sus ojos, expresivos dejaban ver su emoción. Su madre, aprovechaba para decirle que le dejaría su chaqueta negra y que lo mejor era que llevara medias de ese color.
Entre tanto, nos contaba que habían tenido mil discusiones. No lograban ponerse
de acuerdo sobre el vestido ideal para la boda de una prima, y la que parecía una tarde perfecta había estado a punto de convertirse en la nueva saga de “Pesadilla en Elm Street“.
La madre nos confesó que era una enamorada de la seda y de Miguel Palacio y la verdad es que no nos costó convencerla de que se probara el Vestido Gourmet. La manga farol y la cintura entallada le daban un aire más juvenil conservando su estilo elegante y clásico.
Se fueron felices y al cerrar la puerta pudimos escuchar una ultima frase de madre que nos recordó mucho a las nuestras: “el día de la boda, recuerda que el vestido debes ponértelo al final y que solo estarás lista si te sientes cómoda y muy guapa”.
Si es que madre, no hay más que una.
