El romance que mantienen los diseñadores con las actrices que desfilan por la alfombra roja es un secreto a voces. Tanto, que la red carpet es una de las mejores pasarelas para las creaciones de los diseñadores. Sin embrago, ¿cómo es la relación entre ellos? ¿Hasta qué punto una actriz decide lo que va a ponerse en su gran noche de los Óscars, por ejemplo?
La industria del cine y de la moda siempre han ido mano a mano marcando las tendencias de cada época y de cada temporada. De hecho, llegamos al extremo de relacionar una corriente de moda con una película en concreto, y si queremos describir un vestido de los años 60, sólo podemos imaginar a Olivia Newton-John en la película de Grease.
Eso, si no caemos en el típico ejemplo de la elegancia de Audrey Hepburn o la sensualidad de Maralyn Monroe. Ellas siguen marcando un estilo muy definido debido a su personalidad, que pocas modelos han podido conseguir. Nadie ha calado tanto en la gente y en los diseñadores, en el pasado y ahora. No con tanta importancia en las propias películas, pero sí en la recogida de premios, donde millones de personas tienen los ojos puestos en las actrices nominadas.
Aprovechando la ocasión de poder estar en el punto de mira, los diseñadores les ofrecen vestidos a las actrices para que estén radiantes y su creación llegue al alcance de todas las revistas, periódicos y televisiones. Además, los diseñadores eligen a la actriz que represente mejor la imagen de la marca en cada
momento, como ocurrió con Dior cuando Raf Simons se convirtió en su nuevo director creativo y eligió a Jennifer Lawrence como imagen para mostrar su nueva línea rejuvenecida y desenfadada.
Sin embargo, muchas veces los diseñadores se olvidan de que las actrices no son modelos, y les hacen pasar malos ratos luciendo modelos complicados a los que no están acostumbradas. Toda relación sentimental tiene sus pequeñas anécdotas.
Entonces, ¿hasta qué punto las actrices eligen sus vestidos? Como es lógico, el día anterior a una gran ceremonia, los diseñadores ya saben quiénes llevarán sus modelos, pero la actriz tiene la última palabra. De hecho, Anne Hathaway apareció de Prada en los Oscars cuando todo el mundo la esperaba vestida de Valentino, declarando que eligió su modelo 3 horas antes de aparecer en la alfombra roja. Sus consejeros tienen mucho que ver, ya que los estilistas juegan un papel crucial en este baile de parejas.
Estos vestidos hechos a medida y estratégicamente puestos en la persona adecuada otorgan el glamour y la elegancia que nos muestran el amor que tiene la moda por el cine. Cada vestido se prueba y se ajusta a la perfección para que el resultado sea impecable, algo que nos hace prever que este noviazgo durará para vivir felices y comer perdices.
¿Cuál es tu película favorita? ¿Alguna vez te has inspirado en ella para elegir tu look?